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El embajador egipcio en España, Ayman Abdulsamie Omar Zaineldine, explicó ayer durante una conferencia sobre la transición democrática de su país en Casa África que Egipto camina de forma clara e irreversible hacia una democracia “neutral” que permita la convivencia en el país de todas las ideologías y sensibilidades. El diplomático egipcio hablaba de una situación de práctica normalidad en casi todo el país y de un calendario para recuperar el pulso democrático que ya está en marcha. Explicó que, en la actualidad, medio centenar de expertos de toda la sociedad egipcia revisan la Constitución del país para “reforzarla en derechos y libertades y hacerla más neutral en lo que se refiere a la ideología”. En noviembre, una nueva versión del texto constitucional se presentará ante los egipcios para su aprobación en referéndum. Durante el invierno se prepararán las elecciones al Parlamento y en la primavera del año que viene, si se sigue la hoja de ruta establecida sin contratiempos, se elegirá presidente del país.
De momento, un gabinete de tecnócratas conforma un gobierno interino que intenta apaciguar los ánimos y reconducir el descarrilamiento económico de los últimos dos años y medio. La comisión que trabaja en la revisión de la Constitución trabaja, según Ayman Abdulsamie Omar Zaineldine, con absoluta transparencia y su labor se retransmite en tiempo real por la televisión, en un país que ha dejado de lado el fútbol o el cine para convertir la política en el centro de su vida. "Los egipcios ya no hablan de fútbol, hablan de política", concluyó antes de asegurar que los políticos son las auténticas estrellas en las televisiones de los hogares egipcios. Aunque se trate de un país islámico, Zaineldine subrayó que la sharia quedará supeditada a la constitución en un futuro cercano.
Ayman Abdulsamie Omar Zaineldine contextualizó la intervención militar de julio para deponer a Mohammed Mursi en un proceso de rápido deterioro hacia la guerra civil y de una petición clara de ayuda de una parte importante de la sociedad egipcia. Sobre los Hermanos Musulmanes, afirmó que pueden participar en el proceso político conforme a las reglas establecidas, como el resto de los partidos políticos. Sin embargo, precisó que la organización en sí atraviesa problemas legales por su falta de transparencia y aludió a su financiación y a un funcionamiento envuelto en el secreto. El diplomático subrayó que no existe inseguridad jurídica en su país, donde leyes y tribunales siguen trabajando con normalidad, y que la economía funciona. También declaró que los eventos que se han sucedido desde enero de 2011, desde que comenzaron las protestas en Tahrir y cayó Hosni Mubarak hasta el momento actual, han convertido al egipcio en un pueblo concienciado políticamente, que discute y que busca la fórmula democrática que puede representarles mejor. El embajador africano criticó la visión “orientalista” de parte de Occidente en lo que se refiere a los procesos democráticos en países como el suyo y comparó la democracia con el fútbol. “Hay una serie de reglas establecidas. Si no las hay, no lo llames fútbol ni democracia”, concluyó.
Potencial económico
“Egipto tiene un potencial económico enorme. Existe la posibilidad de cooperar con España en muchos sectores y particularmente en la construcción y el turismo”, dijo el Embajador, que aseguró que los empresarios españoles encontrarán en Egipto a socios con experiencias exitosas en el terreno del turismo. “No será como llegar a un sitio y empezar de cero”, apuntó. También afirmó que hay beneficios claros para quien desee invertir en Egipto, donde el coste de todo es inferior al de España, hay “una localización perfecta” y también socios e inversores regionales que disponen de fondos. Playas de arena blanca, un mar azul y los mejores arrecifes de coral del mundo completan un paisaje en el que la palabra cooperación sustituye a la palabra competencia. El embajador egipcio aseguró que los empresarios españoles que inviertan en Egipto añadirán valor a su oferta española al poder acceder a mercados que los egipcios han captado mejor, como el ruso, el chino o incluso el indio.
“La economía egipcia creció una media de un 5 ó 6 % en los años de la década anterior a la Primavera Árabe. Tras la revolución, en enero de 2011, el crecimiento se limita a un 2 % al año. Seguimos creciendo, pero a una velocidad apropiada para un país desarrollado y no para un país en desarrollo, donde el crecimiento demográfico y de las necesidades de la población es más rápido. La inestabilidad política de los últimos años ha afectado particularmente a sectores como el turismo y la construcción y a áreas ligadas a estas actividades económicas, como El Cairo o Luxor”, explicó el embajador. Por eso, el diplomático quiso repetir un mensaje de normalidad y expresar claramente su intención de hacer negocios y crecer junto a empresarios y emprendedores españoles.
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