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Senegal

La información reflejada en esta ficha ha sido revisada en enero 2025 por Jaume Portell, periodista especializado en economía y relaciones internacionales, en una actividad cofinanciada al 85% por fondos FEDER en el marco del proyecto AfricanTech (1/MAC/1/1.3/0088) dentro de la iniciativa INTERREG VI D MAC 2021-2027 

 

Cuadro macroeconómico:

Senegal es un país cuya economía presenta tantos contrastes como oportunidades. La estabilidad política -es uno de los pocos países de África occidental que no ha vivido nunca un golpe de estado militar o una guerra civil- ha favorecido un buen clima para la inversión extranjera. El PIB creció un 3.8% en 2022 y un 4.3% en 2023 según el African Economic Outlook, y rebasó los 31 000 millones de dólares ese mismo año, según el Banco Mundial. Sin embargo, este crecimiento sostenido no ha conseguido crear empleos suficientes para los jóvenes que cada año entran en el mercado laboral. Senegal es el país de origen de un creciente número de personas que viven en España: en 1998 eran menos de 5000, y hoy ya son más de 83 000, mayoritariamente hombres. La diáspora senegalesa aporta, cada año, una cifra que se acerca al 10% del PIB senegalés. Los 3000 millones de dólares que enviaron en 2022, según el Banco Mundial, ya supera la cantidad de ayuda oficial al desarrollo que mandan los países ricos. En 2024, el crecimiento del PIB del país será del 9,3%, y en 2025 alcanzará los dobles dígitos y superará el 10%. Este auge se debe, en gran parte, al inicio de la producción de petróleo en Sangomar, 100 km al sur de la capital Dakar. En el norte del país, en Saint Louis, hay un proyecto de producción de gas a punto de ponerse en marcha. En 2024 hubo un cambio de gobierno tras unos años de tensión política: el reparto de los recursos naturales fue una de las principales bazas de la campaña de la oposición, que contó con mucho apoyo entre los jóvenes y, gracias a ellos, alcanzó el poder.

Deuda y moneda:

Durante los próximos años Senegal deberá hacer frentes a pagos crecientes ligados a su deuda externa, cuyo stock ya representa el 80% del PIB nacional. El pago anual de intereses, que en 2025 será de más de 2000 millones de dólares, superará los 4000 millones de dólares en 2026. Según UNCTAD, este servicio de los intereses de la deuda representa un 12.5% de los ingresos del presupuesto gubernamental. Entre los acreedores hay inversores privados como los tenedores de bonos (23% del total), organismos multilaterales como el Banco Mundial (23%) y el Fondo Monetario Internacional (8%), o países como China (7%) y Francia (6%). Senegal es uno de los catorce países africanos que utiliza el Franco CFA. Esta moneda tiene una paridad fija (655 francos CFA) con el euro.

Importaciones y exportaciones:

Casi la mitad de las exportaciones de Senegal están ligadas a la minería o al sector primario. Desde la época colonial, el país se ha enfocado en el cultivo del cacahuete, que sigue representando un tercio de la superficie agrícola cultivada senegalesa. Durante una década, Senegal ha atraído con beneficios fiscales a inversores extranjeros hacia las minas de oro de Kedougou, en el sureste del país. El oro ya es una de las principales exportaciones -18% del total-, y tiene un peso importante en una balanza comercial que es deficitaria de forma estructural. Sus principales importaciones están ligadas a la energía (gasolina) y a la comida (arroz, trigo, aceite de palma). Las exportaciones de fertilizante, imprescindibles para la agricultura, también han ganado peso gracias a la presencia de minas de rocas fosfóricas. La falta de procesado de algunas de estas materias primas, como el pescado o el cacahuete, constituye el gran reto de futuro de la economía nacional; pero para conseguir la industrialización, Senegal necesitará consumir -y producir- más electricidad.

Energía y electricidad:

Senegal produjo en 2022 menos de 8TWh de electricidad -34 veces menos que España-, con una producción eléctrica dependiente sobre todo de los combustibles fósiles. Las energías renovables han ganado peso en la última década, y han pasado de ser testimoniales a representar un cuarto de la producción. El 65% de la población tiene acceso a la electricidad, cuya principal fuente de demanda son los hogares y la industria. Más allá de la electricidad, el mix energético también está muy ligado al consumo de petróleo y el carbón (casi un 60% entre ambos), con un peso importante (40%) de los biocombustibles. La producción de petróleo y gas senegalesa debería generar oportunidades de cara a facilitar el acceso a la energía de los senegaleses, y podría ser un factor a tener en cuenta de cara a potenciar la industrialización gracias a una energía más barata.

Defensa:

El gasto anual en material de defensa fue de 448 millones de dólares en 2023, según SIPRI, un instituto sueco especializado en el comercio de este tipo de productos. Esta cifra representa un 5.5% del gasto del gobierno. El principal proveedor en Senegal ha sido, tradicionalmente, Francia, la antigua metrópolis.

Demografía:

En 1990, la mayoría de la población senegalesa (60%) vivía en las zonas rurales y el 40% vivía en ciudades. Entonces, en Senegal vivían 7.5 millones de personas. Actualmente ya superan los 18 millones de habitantes, y la mitad ya vive en las ciudades. La esperanza de vida, en ese periodo de tiempo, ha pasado de ser de 57 años a los 68 años actuales. La mitad de la población tiene menos de 19 años.

Innovación tecnológica:

En 2010 solo un 8% de los senegaleses utilizaba Internet, una cifra que se ha disparado hasta el 60% en 2022. Una parte de las inversiones en ancho de banda y en infraestructuras digitales ha sido pagada con préstamos procedentes del Banco de Importaciones y Exportaciones de China.

 

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