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George Lilanga nació en 1934 en la ciudad de Kikwetu, en el sudeste de Tanzania y falleció en 2005 también en Tanzania, en Dar-es-Salaam. Como la mayoría de los jóvenes Makonde, Lilanga aprendió a tallar las raíces de la yuca antes de empezar a tallar la madera de la granadilla (mpingo), algo que hizo bajo la tutela de Mzee Sumaili.
En 1974, Lilanga decidió probar suerte en Dar es Salaam, donde se unió a un grupo de escultores, pero su gran oportunidad llegó tras ser contratado como vigilante en Nyumba ya Sanaa, llamado ahora Centro Cultural de Nyerere. Ahí tuvo la oportunidad de mostrar sus esculturas al equipo de dirección, quienes reconocieron su talento e inmediatamente le cambiaron sus funciones.
Más tarde comenzó a pintar, realizando trabajos en batiks, murales, lienzos y pinturas en piel de cabra. A día de hoy, aún se pueden ver sus creaciones en el Nyumba ya Saana, en concreto, en la puerta de metal pintada y en el cemento de las decoraciones que rodean el patio.
El gran salto en la carrera de George Lilanga tuvo lugar en 1978. En ese año se celebró una gran muestra celebrada en Washington D.C. en la que se mostraron 100 de sus obras. Gracias a esto, el interés que suscitó su trabajo causó que sus obras llegasen a foros y museos de casi todo el mundo, entrando a formar parte de colecciones y muestras itinerantes de arte africano contemporáneo de gran relevancia hoy en día, como África Remix o la colección Pigozzi. Actualmente se le considera uno de los mayores representantes del Arte Africano Contemporáneo.
Todo su trabajo le permitió contribuir al mantenimiento de su tribu y al mismo tiempo traer atención extranjera a su cultura. Lilanga presenta la cultura y la mitología de su gente a través de telas repletas de figuras en las que, a través del color y la ironía, ha recreado y actualizado con maestría el lenguaje plástico de su pueblo. En sus obras se materializa la cosmovisión y la mitología Makonde, presentes en las danzas "mapiko", típicas de su tribu, ejecutadas por infinidad de "Shetanis" o espíritus representativos de lo bueno y lo malo que pueblan nuestra imaginación y a los que hay que mirar de frente.
Entre sus exposiciones destacan:
Fuentes: