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El crecimiento del PIB estimado para el año 2019 se situaba en torno al 6%, dirigido principalmente por el carácter dinámico del sector secundario y los servicios, así como con un crecimiento de la participación del consumo tanto público como privado. Para 2020-2021 la proyección de crecimiento del PIB se situaba en torno a un 6%, pero con la crisis actual el país se enfrenta a un debilitamiento de la estabilidad política y económica, con una gran influencia de la violencia existente entre grupos yihadistas, milicias étnicas y fuerzas de seguridad.
Para los años 2020 y 2021 se proyecta una subida de la inflación, después de situarse en 2019 en torno al 0.3%. El déficit fiscal se redujo considerablemente en los últimos años, principalmente gracias a la reducción de la inversión de los recursos propios del gobierno. Dicha caída de la inversión pública podría ser subsanada en parte gracias a los ingresos adicionales generados por las licencias de telecomunicaciones. Los ingresos fiscales han experimentado una mejora, mientras que el déficit de la cuenta corriente se ha deteriorado, ambos de forma ligera.
A pesar de la difícil situación que afecta al país en cuanto a seguridad, las autoridades pretenden mejorar los rendimientos agrícolas e implementar inversiones estratégicas en energía e infraestructuras. En este sentido, en los últimos años se han iniciado acciones en el sector agrícola destinadas a aumentar las hectáreas de riego, la provisión de tracción animal a los productores y la construcción de una unidad de montaje de tractor y timón. Además, se pretende mejorar el acceso a las áreas de producción agrícola para los próximos años. En relación con el sector de la energía, se espera la construcción de nuevas plantas de energía solar que proporcionen más electricidad.
El oro representa más de la mitad de las exportaciones del país, y en segundo lugar se sitúa el algodón. En los últimos años las exportaciones han evolucionado de forma favorable debido al aumento en el precio del oro y las mayores ventas de algodón, y también a los esfuerzos destinados para mejorar las infraestructuras para el comercio. Para una mejor apertura comercial las autoridades prevén llevar a cabo sobre todo inversiones en infraestructuras de transporte, ya que son deficientes y dificultan los intercambios con los países vecinos. Suiza es el principal cliente de Burkina Faso para sus exportaciones, y entre sus principales proveedores se encuentran Costa de Marfil, Francia y China.
Es muy probable que la situación de seguridad que afecta a las principales regiones mineras y agrícolas tengan repercusiones en la economía del país. No obstante, el gobierno está trabajando en ello y una señal es que el presupuesto destinado al sector de la seguridad y la defensa ha aumentado un 34% entre 2018 y 2019, representando aproximadamente el 4% del PIB. No obstante, el aumento del gasto público para abordar el desafío de la seguridad, que se proyecta en un 9.5% del PIB para 2020, tendrán repercusiones para las perspectivas de crecimiento del país.
Actualmente la Red de Oficinas Económicas y Comerciales en el Exterior no dispone de sede en Burkina Faso. Para obtener información sobre el país póngase en contacto con la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Costa de Marfil.