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Kenia

El PIB creció aproximadamente un 5.9% en 2019, un crecimiento menor respecto del año anterior debido principalmente al clima desfavorable y la reducción de la inversión gubernamental. Fue impulsado por el consumo de los hogares y la inversión en el lado de la demanda, y los servicios en el lado de la oferta (administración pública, tecnología de la información, finanzas y seguros, transporte y almacenamiento). Para 2020 y 2021 se prevé un crecimiento del PIB del 6% y 6.2% respectivamente, y se esperaba una estabilidad macroeconómica continuada antes de la llegada del coronavirus. La inflación se mantiene en torno al 5% en 2019 y se espera que se mantenga en los próximos años. El tipo de cambio se mantuvo estable gracias a la disminución del déficit en cuenta corriente, que se sitúa en el 4.9% del PIB para 2019. El déficit fiscal se estima en el 7.5% del PIB para 2019, un porcentaje menor que el del año anterior gracias a la consolidación fiscal en curso y la mayor movilización de recursos internos, y se espera una reducción para los próximos años.

En general, la perspectiva económica para Kenia es positiva, liderada principalmente por el clima favorable y el aumento de la producción y las exportaciones de petróleo crudo, la continua inversión extranjera directa, los beneficios del Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano y el compromiso del gobierno con la agenda de los Big Four dirigida a la industrialización en salud, vivienda, agricultura y manufactura. Los principales objetivos de la agenda son mejorar la seguridad alimentaria y transformar la agricultura de una economía orientada a la subsistencia y la lluvia a una orientada al mercado, utilizando zonas económicas especiales como base manufacturera para expandir las exportaciones e impulsar la sustitución de importaciones. No obstante, la transformación económica del país enfrenta desafíos en manufactura, agricultura, mercado laboral y estabilidad macroeconómica; la agricultura representa más de la mitad del PIB, mientras que la manufactura no llega al 10%, y la informalidad y el desempleo siguen siendo altos.

En relación con el sector exterior, la balanza comercial del país se caracteriza por ser deficitaria, con un aumento de las importaciones en los últimos años para hacer frente a los desafíos ocasionados por las sequías. El principal proveedor del país es China, seguido de la Unión Europea e India, y los principales productos importados son los combustibles minerales y la maquinaria industrial, eléctrica y el equipamiento. Uganda, Estados Unidos y Pakistán fueron los principales compradores para el país en 2018, y los principales productos exportados son el té con diferencia, las flores cortadas, los combustibles minerales y el café. Debido a la expansión de infraestructuras en la que está inmersa el país, los sectores de consultoría e ingeniería en los sectores eléctricos, así como de transporte, agua y de tratamiento de residuos sólidos son de gran interés para la empresa española. También ofrecen oportunidades el sector de las TIC y el de la formación técnica y profesional.

El cambio estructural previsto para el país depende de una transición rápida al crecimiento liderado por el sector privado, y en este sentido las reformas para hacer que el clima de inversión conduzca a la inversión nacional y extranjera deben extenderse al mercado crediticio, particularmente para mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas.

Fuente: ICEX, African Economic Outlook y Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

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