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Libia

El deterioro de las condiciones macroeconómicas de Libia ante la llegada del COVID-19 se reflejarán en las contracciones del PIB, con una economía dirigida hacia otra recesión tan solo cuatro años después de la anterior en 2016. Se proyecta una contracción del PIB para 2020 de entre el 25.4% y el 43.7%. Así mismo, se proyecta una inflación de entre el 12.2% y el 15.4% que tendrá un efecto adverso sobre el bienestar. Con el fuerte descenso de los precios del petróleo tras el estallido de la pandemia, los déficits fiscales y de cuenta corriente para 2020 se proyectan en el 17.2% y el 12.1% del PIB, respectivamente. Para 2021 se espera que los precios del petróleo aumenten ligeramente, mientras que la producción continuará dependiendo de la situación de seguridad; por lo tanto, las perspectivas para 2021 son ligeramente optimistas y se espera que el crecimiento se recupere al menos al 3.4%.

Libia posee una gran dotación de recursos de hidrocarburos, cuyas reservas de petróleo crudo representan el 38% de las reservas del continente. No obstante, sólo el 25% del territorio ha sido explorado en la búsqueda de hidrocarburos. Estos recursos aportan un amplio apalancamiento financiero, una perspectiva fiscal positiva a largo plazo y una deuda muy baja. El país goza de recursos financieros para recuperarse rápidamente, y si son bien gestionados y de manera eficiente podrían impulsar la recuperación y reconstrucción económica y social. A su vez, la reconstrucción con una mayor estabilidad política y seguridad, podría diversificar la economía y ofrecer mejores perspectivas sociales inclusivas.

Tradicionalmente, el país ha mostrado un alto índice de apertura al exterior, pero con los conflictos armados que azotan el país la situación se dificulta. Con datos de 2017, los principales clientes del país fueron Italia, España y Francia, y los principales proveedores los constituyeron China, Turquía e Italia, con España en quinto lugar. Entre los principales productos exportados, además del petróleo se encuentran productos químicos orgánicos, piedras y metales preciosos, fundición de hierro y acero y abonos. En relación con las importaciones destacan máquinas y aparatos mecánicos, vehículos, combustibles y aparatos eléctricos. Los sectores más interesantes para el comercio en el país son los relacionados con infraestructura, ya sea de transporte, vivienda, energía o agua, los equipos y elementos para el sector de hidrocarburos y equipos médicos y productos farmacéuticos, entre otros.

Dada la composición de sus exportaciones, la economía libia sigue siendo extremadamente vulnerable a los shocks de producción de petróleo y las fluctuaciones de su precio. La rápida diversificación de los recursos de hidrocarburos es esencial para un crecimiento económico más fuerte, resistente e inclusivo. Por otro lado, se necesita estabilidad política y reformas estructurales centradas en un entorno empresarial más propicio para la inversión privada. El sector privado también enfrenta desafíos en el reclutamiento de personas cualificadas, y es probable que este problema se agrave durante la próxima década debido a la interrupción de escuelas y universidades derivada de los conflictos. En cuanto a la infraestructura económica y social, ésta ha sido dañada por serios problemas de poder; los servicios de atención medica se han deteriorado y casi la mitad de la población depende de camiones de agua para poder beber, lo que presenta un gran desafío ante la pandemia.

Fuente: ICEX y Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación

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