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"El significado de mi vida desde que era joven ha sido luchar por la dignidad y la libertad de mi gente".
Graça Machel es una política, profesora y activista social en favor de la infancia mozambiqueña.
Nació en el Mozambique portugués en 1946. De pequeña, estudió en una escuela en la que era la única alumna negra, lo que le llevó a empezar a preguntarse por la situación colonial de su país. Años más tarde, estudió Derecho en la Universidad de Lisboa. En 1972, volvió a su país, se unió al partido político Frente de Liberación de Mozambique y fue directora adjunta de una escuela de este partido durante dos años. En 1975, Mozambique consiguió la independencia y Samora Machel, al que había conocido gracias a este mismo partido, se convirtió en el primer presidente de la República Popular de Mozambique. En ese mismo año, Garça y Samora Machel se casaron y ella fue nombrada ministra de Cultura y de Educación. En este cargo, realizó diversas reformas que contribuyeron al aumento de la tasa de alfabetización y al número de niños y niñas escolarizados.
En 1986, su marido falleció tras un accidente de avión. Tras su muerte, Graça Machel se apartó de la política y se entregó por completo a la protección de los niños víctimas de la guerra civil de su país, que había comenzado en 1977 y no terminaría hasta 1992.
En 1994, creó la Fundación para el Desarrollo Comunitario, una organización sin ánimo de lucro de Mozambique, en la que trabaja en pro de facilitar el acceso a conocimientos y tecnología de la comunidad para fomentar el desarrollo sostenible. Además, en ese mismo, el secretario general de la Naciones Unidas nombró a Graça Machel presidenta de la Comisión de Estudios de las Naciones Unidas sobre el Impacto de los Conflictos Armados en la Infancia.
Junto con Nelson Mandela, con quien se casó en 1998, Desmond Tutu y Kofi Annan, entre otros, pertenece al grupo de "Los Sabios" (Global Elders), integrado por líderes mundiales que, con sus conocimientos, liderazgo e integridad, desean contribuir a solucionar algunos de los problemas más apremiantes del planeta. También es fundadora y presidenta de la Fundación por el desarrollo de la infancia, donde sigue luchando por la integridad de los más pequeños.
Su labor se ha centrado principalmente en luchar contra el matrimonio infantil y el sida, así como contra la pobreza. Respecto a este último, en 2019 dio un discurso ante los representantes de la ONU en el que responsabilizaba a esta institución y a los gobiernos de no trabajar lo suficiente para acabar con las 821 millones de personas que pasan hambre.
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