Rebecca Masika Katsuva fue una activista nacida en Katana, R. Democrática del Congo, el 26 de mayo de 1966 y fallecida el 2 de febrero de 2016. Fue una firme defensora de los derechos humanos, fundadora de centros de refugiados y de una organización para ayudar a las víctimas de la inestable situación de su país. Estaba casada con un comerciante y llevaba un cómodo estilo de vida de clase media. No obstante, en 1998, momento en el que el conflicto que afectaba al país se estaba intensificando, unos soldados irrumpieron en su casa, matando a su marido y violándola a ella y a sus dos hijas. Tras esto, Masika perdió el derecho sobre los bienes de su marido y fue expulsada por su familia política.

Al año siguiente, abrió su casa como centro de acogida y fundó un centro para ayudar a supervivientes de violaciones y de la guerra que afectaba al país. También se dedicó a viajar por diversos pueblos en busca de personas que necesitaran ayuda. Su centro fue creciendo, y en 2002 pasó a llamarse Asociación de Personas Desheredadas Unidas para el Desarrollo (APDUD). Prestó ayuda a más de 6.000 supervivientes de violaciones en los últimos diez años y adoptó a 18 niños y niñas cuyas madres habían sido violadas.

En 2010, como recompensa a su lucha por los derechos humanos y contra el uso de la violación como arma de guerra, recibió el premio Ginetta Sagan, que concede Amnistía Internacional a quienes luchan por los derechos de las mujeres y los niños.