Sarah Collins es una empresaria filántropa que se ha embarcado en una misión para mejorar la vida de los demás a través del premiado y revolucionario invento culinario, conocido como Wonderbag. Una Wonderbag se basa en la tecnología más antigua del mundo: cocinar mediante la retención del calor. Estas bolsas que no son eléctricas, están hechas de espuma astillada y adornadas en vivos colores que se inspiran en telas africanas con un cordón en la parte superior para retener el calor. Es un producto simple pero ingenioso que permite cocinar la comida a través de métodos culinarios convencionales y una vez la comida se introduzca dentro de la bolsa, se podrá cocinar hasta 12 horas. En 2015, la compañía alcanzó un millón de producciones de bolsas, que se vendieron por todo el mundo. Ahora mismo es un producto reconocido a nivel internacional, que se fabrica en Tonga, Sudáfrica. Las bolsas también se venden por Internet a través de ciertos portales, al igual que a través de los Wonderpreneurs en sus comunidades.